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CLICK AQUI... Vídeo corto de presentación de David Róbinson
en Confesiones de un poeta en una ciudad que odia.



“Confesiones de un poeta en una ciudad que odia”
Autor: David Róbinson

El libro “Confesiones de un poeta en una ciudad que odia” es ácido. Es un texto sin rodeos, directo, sin metáforas ni complacencias. Trata estrictamente del amor.
Róbinson escribió con los puños una pelea con el plural que terminó en singular, sea yo, tú o él.

¿Quién se confiesa?, ¿quién odia?
Como biólogo, David parte de la célula social, la familia. Joaquín, el protagonista, sufre la ausencia del amor, de ese mismo amor que se usa como excusa para fornicar en pensiones y para sobar la entrepierna de chiquillos. Afortunadamente existe la televisión porque nos mantiene estúpidos y tan necesariamente cambiables como para sobrevivir en un mundo de constante movimiento. No importa la ausencia del amor como esencia, de eso se encargarán los organismos internacionales cuando lean las confesiones de sus sociedades e inventen rápido una y otra conferencia mundial contra lo que sea, con tal de justificar que hay países del primer mundo y otros del tercer mundo, aunque todos estén dentro del mismo mundo.

¿El poeta odia a la ciudad? ¿Hay que ser poeta para confesarse?
Joaquín. ¿Quién es Joaquín? Marcos Ponce en la presentación del libro dio un enfoque universal al contenido. Habló de la sociedad y la pobreza material, de los niños en su generalidad sufrida y de la gente que es igual en todos lados, aunque intenten ocultarse con inútiles manos. Mencionó los colores y los destaques que el autor logra en esta confesión, multitudinaria, que se hace en las calles a falta de confesionarios o de oídos y ojos que oigan y vean.

¿Qué es lo que confieso… el odio o el amor?
Este libro está lleno de imágenes con voces altas que te obligan a detener la lectura, y después de terminarlo, odiarás, amarás tanto como para confesarlo.


jairo llauradó
mayo 2010

Comments

A. Morales Cruz said…
Voy por el video: con ritmo de primera al inicio, de avispa dando vueltas con incesante elegancia. un buen trabajo, Jairo. Por el libro: voy por la mitad...

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