Habían pasado ya entre dos o tres minutos de pelea. En un momento de "inacción" pudo levantarse y notó no en sus ojos ni en sus brazos, sino en su respiración que su contendor ya no tenía más fuerzas para continuar.
Lo ayudó a incorporarse. No cruzaron palabras al respecto.
Una semana después se encontraron en una gran actividad cultural, junto a otros artistas, pintando un extenso muro con temas de paz, unidad y fraternidad.
A uno le tocó pintar a Jesús crucificado, y al otro, al ladrón arrepentido.
Lo ayudó a incorporarse. No cruzaron palabras al respecto.
Una semana después se encontraron en una gran actividad cultural, junto a otros artistas, pintando un extenso muro con temas de paz, unidad y fraternidad.
A uno le tocó pintar a Jesús crucificado, y al otro, al ladrón arrepentido.
Comments