Un día desperté pensando en lo mentiroso que podemos ser. Las cosas que decimos, las que hacemos, todo el montaje programado para hacer algo sin que otros sepan, o diciendo algo que no hicimos o que hicimos, no siendo así.
Examiné ligeramente mis mentiras, las de ida y las de vuelta, las que creo que me han dicho, y las que ni me imagino que son mentiras, aceptadas hasta el momento como verdades.
Pero, ¿qué es la mentira? ¿Será lo que suponemos contrario a la verdad?
Entonces... ¿qué es verdad?
Todo puede ser mentira, todo puede ser verdad. - ¿Importa? -
De repente todo lo pasamos por el colador de la moralidad, de la religión, la ética, y otros más con los que definimos "nuestras verdades".
Regresando a mis pensamientos de recién despertado, esa mañana me entendí como un gran ser humano, con todas mis verdades y mis mentiras incluídas, creyéndolas y no creyéndolas, sin saber además, si estar vivo es una mentira, pero realmente no importa, total no todo lo podemos saber.
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