Casi cuarenta años después regresa (de Italia a Panamá) el veragüense Aristídes Ureña Ramos y ha ubicado su residencia en Albrook. Desde allí, como punto de fuga, plantea su visión a través de un conjunto de pinturas que muestran su gráfico mental, la distancia achicada, el cambio en la caja de transmisión que da marcha a una expresión compuesta de elementos diversos que personalizan su nuevo encuentro llamado “Creole Albrook”. Ureña Ramos, en Creole Albrook , me parece que sufre un nacimiento inverso. No sé si en su largo despacho en Europa tuvo retornos físicos a Panamá. De no ser así, al volver muy probablemente vivió choques físico-químicos, como cuando un objeto del espacio sideral atraviesa las capas de la atmósfera para impactar en suelo terrestre. Esta aventura de riesgos insospechados puede, probablemente, seguir haciendo que Aristídes produzca nuevos cantares alrededor del retorno compuesto. La mezcla de consecuencias trípticas, retablos, prehispanidad, degr